De fin ido,
el sueño encuentra
herraje-herrumbre
(almas desiertas).
Encanto al duelo,
le canto un cuento,
despierta inquieto,
se va en silencio.
Espero atenta. No vuelve.
Es que en la siembra
renace el viento,
se arremolina
entre manos viejas.
Aguarda niña:
ya casi llega.
Va despacito.
Pero comienza.
Imagen: Celdas na roca de Xul Solar (1948) Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires.
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