Espejos

Noche de Hécate:

medialuna que aluza ceniza la mitad. Rescoldo y cerradura. ¡Valiente quien busca entre las brasas la llave!

Espejo de envés negro

y brumoso frente: refleja curioso.

No me es del todo desconocido ese interior: he dado de bruces contra su centro más de una vez; casi podría decir que habito dentro. Eso sí, nunca me he visto en la necesidad urgente de mirarme de espíritu completo. Y yo que no soy valiente no iré a asomarme por voluntad propia.

Los espejos de cuerpo entero deberían estar prohibidos: yo me quiero a pedazos. En el fondo somos una espiral, al menos eso dicen los genetistas... Yo dudo que los genes puedan mirarse completos en su reflejo: siempre hay ese diminuto espacio bajo una curva que no puede verse aunque llenemos de espejos las paredes por todos los costados...

Si algún día lo logramos, ya tendremos que ir preparando el anuncio: "¡Cuidado!, los defectos se ven más grandes de lo que son y las virtudes más cerca de lo que están".